Grupo de Expertos Evaluadores de la Lista Verde para Chile (o EAGL, por sus siglas en inglés) notificó que los parques nacionales Cerro Castillo (Región de Aysén) y Vicente Pérez Rosales (Región de Los Lagos) cumplen con cinco indicadores básicos del estándar Lista Verde, lo cual es un paso clave para seguir avanzando en el proceso de certificación.
Los parques nacionales Cerro Castillo, en la Región de Aysén, y Vicente Pérez Rosales, Región de Los Lagos, pasaron de ser postulantes a candidatos para integrar la Lista Verde de Áreas Protegidas y Conservadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esto, luego que el Grupo de Expertos Evaluadores de la Lista Verde para Chile (o EAGL, por sus siglas en inglés) notificara que estos parques cumplen con cinco indicadores básicos del estándar Lista Verde, lo cual es un paso clave para seguir avanzando en el proceso de certificación.
“Celebramos que estos dos parques estén un paso más cerca de certificarse e ingresar a la Lista Verde, gracias a su gestión que integra componentes de participación, género y de reconocimiento de múltiples valores biológicos y culturales. Gracias al esfuerzo y trabajo de sus administradores y guardaparques, estos serían los primeros parques de Chile listados bajo la Lista Verde”, señala Rayén Catrileo, encargada de la línea de trabajo Lista Verde del Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile.
Lista Verde es un sistema de certificación desarrollado por la UICN para apoyar a cualquier gobierno o jurisdicción, a nivel global, en sus esfuerzos de conservar la biodiversidad a través de la gestión efectiva, buena gobernanza, diseño y planificación exitosa de sus áreas protegidas, factores que son medidos a través de 50 indicadores. Cinco de ellos* son la primera barrera que las áreas postulantes deben sortear para pasar a ser candidatos: contar con la definición de la estructura de gobernanza del sitio; cumplir con la definición de Área Protegida de la UICN; estar inscrito en la Base de Datos Mundial de Áreas Protegidas (WDPA, por sus siglas en inglés); contar con un plan de gestión actualizado o su equivalente; y contar con reglamentos sobre el uso del sitio, a disposición de la sociedad civil, las partes interesadas y los titulares de derechos.
Cumplidos estos indicadores, las áreas son sometidas a la evaluación de los 45 restantes por parte del grupo EAGL de cada país, y a la consulta de las partes interesadas. En el caso de los dos parques chilenos candidatos a Lista Verde, prontamente se iniciará esta etapa para -luego- ser presentados formalmente al Panel Internacional de Lista Verde. Esta instancia hará la evaluación final y decidirá sobre su integración a la Lista Verde, actualmente conformada por 61 áreas protegidas de 57 países.
“Con la posible certificación de estos parques nacionales, nosotros esperamos que se gatille un proceso de nivelación hacia arriba. Estas áreas funcionan como un piloto, y van a poder mostrar a su entorno y a otros actores cómo se hace gestión efectiva de un área protegida, cómo se consigue el éxito en conservación. Estas áreas deberían generar una atracción para que otras áreas protegidas, tanto del Estado como de otras figuras de conservación, se motiven en iniciar un proceso de Lista Verde” declaró Fernando Aizman, miembro del grupo EAGL.
Más allá de certificación, Lista Verde es un sistema que permite a las áreas postulantes identificar sus falencias en gestión y gobernanza, y las acompaña en el desarrollo de las mejoras necesarias para lograr la conservación efectiva de la naturaleza y sus diversos beneficios ecológicos, socioeconómicos, culturales y espirituales.
En Chile el proceso para implementar la Lista Verde de la UICN como herramienta, comenzó en el 2020 al consolidarse el grupo de “socios implementadores”, paso clave en este proceso pues son quienes patrocinan y prestan asistencia técnica en cada una de las etapas de implementación. Para el caso de Chile estos socios son la Corporación Nacional Forestal (CONAF), la ONG Pew y el Programa Austral Patagonia.
“Cumplir con el estándar Lista Verde y recibir la certificación correspondiente es garantía de estar haciendo las cosas bien en materia de conservación. Hablamos de una herramienta potente que nos puede acercar como país a metas como la del 30×30, no por haber ampliado sustancialmente la superficie terrestre y marina protegida en el mapa, sino por estar haciendo gestión y conservación real en ellas”, finalizó por su parte César Guala, director del Programa Austral Patagonia.