Chile es uno de los países que mayor cantidad de áreas protegidas tiene en América Latina y en el mundo. El 21% del territorio y el 42% del maritorio corresponden a estos espacios de conservación. Sin embargo, estas cifras contrastan con la poca inversión del Estado en la conservación de estas zonas. Durante 2022, el aporte fiscal destinado a áreas protegidas (parques y reservas nacionales y monumentos naturales) fue de $10,8 mil millones, lo que promedia $586 pesos por hectárea por año, lo que según expertos, es insuficiente.