En el sur del país está ocurriendo un fenómeno inédito a nivel mundial: las comunidades indígenas estamos proponiendo un cambio de rumbo respecto a la relación de todas las personas con el mar, y hemos venido hasta Vancouver, en Canadá, para dar cuenta de ello en el Quinto Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas (IMPAC 5).
Hasta ahora, y durante muchísimo tiempo, la naturaleza ha sido abordada como fuente inagotable de recursos para ser explotados; fórmula que ha traído consigo problemas como la inequidad en la distribución de las ganancias y en el disfrute de los recursos extraídos, además de la devastación de algunos de ellos. Durante años hemos sido testigos de la instalación de industrias que empobrecen los espacios donde desarrollan sus operaciones y consumen las funciones ecosistémicas de la naturaleza, todo ello con la venia de normas y reglamentos que se modifican para flexibilizar las posibles restricciones sobre el uso de la naturaleza, facilitar la extracción de materias primas a muy bajo precio y el uso de mano de obra local barata, provocando -además- la degradación social que observamos hoy en día.
Y es a propósito de lo anterior que hace unos años las comunidades decidimos proponer un nuevo cuerpo normativo para recuperar la gobernanza local sobre las costas que habitamos, a través de la creación de Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (Ecmpo). El principio que subyace a esta figura es que las comunidades locales (formadas por comunidades indígenas, pescadores artesanales, recolectores de orilla, agricultores, entre otros) podamos recuperar el control sobre las decisiones que se toman respecto a nuestras prácticas culturales tradicionales, visión que es compartida a nivel global: estos modos de vida y tradiciones culturales, de hecho, han sido reconocidas a nivel internacional por la Convención sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (CDB), por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y por el Panel Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES por sus siglas en inglés), como elementos fundamentales en el cuidado y mantención de la biodiversidad, instando a los Estados a proteger legalmente los territorios y maritorios asociados a pueblos originarios y a promover su uso sostenible. En ese mismo contexto es que nuestras comunidades forman parte de redes internacionales como el Consorcio TICCA (Territorios y Áreas Conservadas por Pueblos Indígenas y Comunidades Locales), y que hoy estamos presentes en el IMPAC5.
Los Ecmpo representan una nueva forma de conservar la naturaleza, aun cuando no sean en sí mismas figuras de conservación. La diferencia con las figuras tradicionales de protección de nuestro país es que, entre otras cosas, los Ecmpo sí han logrado restringir -de momento al menos- el explosivo crecimiento de las industrias extractivas que han lucrado a costa del mar en la Patagonia marina. Por lo mismo, han causado una animadversión que se ha visto reflejada en entorpecimientos arbitrarios en la tramitación de estos espacios: de 102 solicitudes de Ecmpo acogidas a trámite, sólo 18 han sido decretados y/o cuentan con la aprobación del convenio de uso.
Esperamos que el Estado de Chile alinee de una vez con el reconocimiento y legitimación de los procesos Ecmpos y facilite su tramitación para que se reconozca el derecho que tienen las sociedades tradicionales de la Patagonia, por un lado, y comience un lento -pero seguro- proceso de recuperación de los ecosistemas marinos, por otro lado. Urge tomar medidas concretas para revertir el estado avanzado de la contaminación de nuestra zona costera, porque si no se cambia el rumbo la Patagonia marina va a colapsar, eso es seguro, y somos nosotros quienes sufriremos las consecuencias mientras las industrias buscarán otro lugar del mundo para depredar. La conservación marina no es compatible con esta forma de explotación irracional (por más que vaya acompañada de grandes inversiones en ciencia y tecnología). La conservación marina sí es compatible con las costumbres de sus habitantes, y este congreso internacional de Áreas Marinas Protegidas así lo corrobora.
Pamela Mayorga, asesora y apoyo técnico local de
ECMPO Islas Desertores y Costa de Chaitén
Nelson Millatureo, presidente de la Comunidad Indígena
Antunen Rain de islas Huichas, solicitantes de ECMPO Huichas
Juan Catín, presidente comunidad indígena de Buill,
solicitantes del ECMPO Weki-Will
José Molina- Hueichan, coordinador de la Asociación de Comunidades
Mapuche-Williche de Carelmapu, solicitantes ECMPO Carelmapu
Cristian Chiguay, Lonko de la comunidad de Yaldad y
líder de la iniciativa Wafo Wapi para un ECMPO en isla Guafo.