Columna por Emilia Astorga, antropóloga y microempresaria turística
Desde nuestra empresa Destino Patagonia llevamos diez años haciendo viajes en embarcaciones menores desde la localidad de Puerto Tranquilo y Bahía Exploradores hacia la laguna San Rafael, un destino clásico para las navegaciones de la Patagonia y un tesoro para los científicos y exploradores al ser considerada como la tercera mayor reserva de hielo del mundo. Con el paso del tiempo, desarrollamos una logística compleja que hoy en día permite que otros grupos de intereses especiales puedan realizar investigación y/o documentar la biodiversidad en este sector del parque nacional. Hemos implementado diferentes programas de navegación, con el objetivo de ampliar la oferta turística, y a su vez, aportar a su conservación. Logrando, en consecuencia, abrir nuevos espacios para la investigación científica.
Creemos que es fundamental desarrollar una actividad turística que aporte al lugar en el cual se lleva a cabo y en este sentido hemos apoyado el monitoreo de ballenas Franca Austral como también a investigadores independientes como el entomólogo, zoológo y explorador de National Geographic Isaí Madriz. Nuestra visión se relaciona también con una pasión de querer el lugar en el que estamos y sentirnos parte de este. El año 2016 quisimos aportar a través de un proyecto de investigación sobre la construcción del canal del Istmo de Ofqui, generando más información sobre la historia de San Rafael y relevando un aspecto poco conocido hasta la fecha. El resultado fue la publicación de un libro que hoy en día habla sobre la intención del Estado chileno de construir un canal entre los años 1938 y 1943.
También hemos apoyado a deportistas nacionales destacados como Bárbara Hernández, campeona mundial de nado en aguas gélidas, quien vino a nadar con nosotros por primera vez en las aguas de la laguna San Rafael.
Con el pasar de los años hemos comprendido que no es viable llenar de turistas si esa visita produce consecuencias negativas, como por ejemplo el exceso de basura. Es por ello que nos propusimos ir de a poco generando un cambio, promoviendo el consumo local, evitando envases desechables y separando nuestros residuos. El camino aún es largo, pero todo empieza por tomar conciencia y comprender las consecuencias negativas que conlleva el turismo, cuando no se establecen los límites necesarios. Esto también pensando en la actual gestión del sector de laguna San Rafael y el explosivo desarrollo que se está observando en las comunidades aledañas al parque. La gestión de estas áreas tiene que ser realizada de una manera colaborativa e inclusiva.
Creemos que es fundamental aportar como ciudadanos y como emprendedores en la conservación de nuestras Áreas Silvestres Protegidas (ASP) y en este sentido fomentar un diálogo con CONAF, quienes son los encargados de velar por este objetivo. Un gran desafío, puesto que todavía, por ejemplo, no hay un método claro sobre cómo debería relacionarse CONAF con las comunidades aledañas y con los actores que están trabajando dentro del parque. Hace falta que nos vean como aliados estratégicos para la conservación, y no como una amenaza. Lo que pasa dentro del parque influye no solo a nosotros como operadores turísticos, sino que, en el ecosistema en general, en la comunidad aledaña, en la flora y fauna que nos encanta visitar. Si no tomamos los cuidamos necesarios ahora, no vamos a tener a futuro este lugar increíble que nos da posibilidades de esparcimiento y de investigación.
Somos un par de ojos más en terreno, que estamos dispuestos a aportar al beneficio directo de la conservación del lugar. No tenemos miedo a denunciar cuando veamos malas prácticas, e incluso queremos promover la forma correcta de visitar y no intervenir innecesariamente la naturaleza del parque.
Trabajar de forma cooperativa por la conservación es algo que podemos hacer al estar constantemente en el territorio, donde no solamente se debería incluir a los operadores turísticos, sino que también a la comunidad local y actores como los colegios, el municipio, las gobernaciones y las organizaciones comunitarias, ya que son muchas las oportunidades que un espacio de conservación así de grande y cercano puede aportar al mundo.
Navegación turística por la Laguna San Rafael, PN San Rafael
