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Informe revela preocupante ocupación de la porción marina de reservas y parques nacionales por parte de la salmonicultura

23 de November de 2022

Entre otras cifras, este informe señala que - a agosto del año 2021 - las Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) registran un total de 545 concesiones de acuicultura, 411 otorgadas y 134 en trámite, la mayoría de ellas correspondientes al cultivo de salmones.

Presentamos un nuevo informe realizado por el Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile, que muestra la distribución de la actividad acuícola dentro de las Áreas Silvestres Protegidas (ASP) del Estado, en la Patagonia chilena. En particular, el estudio caracteriza las concesiones acuícolas existentes en la porción marina de siete parques y reservas nacionales en las regiones de Aysén y Magallanes, según su estado de tramitación, tipo de cultivo y empresa titular. Asimismo, da cuenta de las solicitudes de relocalización de concesiones hechas al interior de las ASP.

“Las amenazas que ejerce la acuicultura intensiva sobre los ecosistemas marinos de las áreas protegidas, vuelve urgente la tarea de definir e implementar medidas concretas para la mitigación y prevención de sus impactos, partiendo por el ordenamiento de esta a actividad. Para contribuir a ello es que realizamos este estudio basado en información oficial, que presenta un panorama claro sobre la distribución de la actividad acuícola, y en especial de la salmonicultura, al interior de las Áreas Silvestres Protegidas del SNASPE, arrojando cifras verdaderamente preocupantes”, señaló César Guala, director del Programa Austral Patagonia de la UACh.

El estudio “Caracterización de las concesiones acuícolas ubicadas en la porción marina de Áreas Silvestres Protegidas”, en efecto señala que -a agosto del año 2021- las Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) registran un total de 545 concesiones de acuicultura, 411 otorgadas y 134 en trámite, la mayoría de ellas correspondientes al cultivo de salmones. Al respecto, la información oficial de la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura muestra que las reservas nacionales Las Guaitecas, en la Región de Aysén, y Kawésqar, en la Región de Magallanes, son las que poseen mayor presión de parte de la actividad acuícola. En el primer caso, se trata de una reserva que posee 121 Áreas Apropiadas para el ejercicio de la Acuicultura (A.A.A) y 337 concesiones exclusivamente de salmones, distribuidas a lo largo de toda la reserva (3 de ellas están fuera de una A.A.A). En el caso de la Reserva Nacional Kawésqar, en tanto, se registran en su interior 44 A.A.A y un total de 182 concesiones localizadas principalmente hacia el este del área, predominando el cultivo de salmones con 130 concesiones.

En términos más amplios, el 45% de las concesiones acuícolas otorgadas en la Región de Aysén, y el 68% en el caso de la Región de Magallanes, están en la porción marina de las áreas silvestres protegidas (ASP), lo cual refleja el aumento sostenido de la actividad acuícola en aguas protegidas, así como su expansión hacia la zona sur de la Patagonia durante la última década.

“La potencial contribución de las unidades del SNASPE a la conservación marina de la Patagonia chilena, se ve amenazada por la presencia y expansión de la actividad acuícola extensiva de salmónidos, especialmente dentro de las reservas nacionales. Mejorar este escenario requiere de una adecuada aplicación de la normativa actual que regula las actividades acuícolas, en el sentido de evaluar la compatibilidad de esta actividad con los objetivos de conservación en reservas nacionales y forestales que ya posean un plan de manejo, través de rigurosos EIA”, sostiene al respecto Aldo Farias, uno de los autores del informe y coordinador ejecutivo del Programa Austral Patagonia.

En el caso particular de los parques nacionales, aunque la ley prohíbe explícitamente la acuicultura dentro de ellos, en este estudio se registran 26 concesiones dentro de esta figura de protección. “Esta inconsistencia estaría dada por problemas en la interpretación y aplicación de la normativa, por parte de los órganos públicos competentes como la SUBPESCA y el Servicio de Evaluación Ambiental”, señala el informe. Un ejemplo de lo anterior está dado por el Parque Nacional Alberto de Agostini -ubicado en las comunas de Cabo de Hornos y de Punta Arenas- que, a pesar de no tener A.A.A. dentro de su porción marina, registra 19 concesiones acuícolas otorgadas, únicamente de salmones.

Cabe destacar que la publicación de este informe se complementa con el estudio realizados anteriormente por el Programa Austral Patagonia respecto al análisis de la cobertura marina de las Áreas Silvestres Protegidas en la Patagonia. Dicho estudio da cuenta de que siete áreas del SNASPE en la Patagonia suman una superficie marina costera de 6.3 millones de hectáreas, distribuidas entre las reservas nacionales Kawésqar, Las Guaitecas y Katalalixar, y los parques nacionales Bernardo O´Higgins, Alberto de Agostini, Laguna San Rafael e Isla Magdalena.

Por otro lado, la información presentada hoy se complementa con aquella que otras organizaciones han publicado recientemente respecto a la actividad acuícola en áreas protegidas tanto públicas como privadas. Tal es el caso de los reportes de Fundación Terram, por ejemplo.

“Avanzar en el ordenamiento de la actividad acuícola requiere de estrategias y políticas públicas con un enfoque integral en materia de conservación, empezando por reconocer y establecer que la salmonicultura no es compatible con los objetivos de protección de los ecosistemas existentes en estas siete áreas protegidas. Por lo tanto, su coexistencia junto a bosques de macroalgas o mamíferos marinos, es un contrasentido”, finalizó Guala, aludiendo a la cada vez más contundente evidencia científica sobre los efectos nocivos de esta actividad en el medio ambiente, como es la contaminación y destrucción del suelo marino y de los organismos que dependen de él, la eutroficación de las aguas por el exceso de materia orgánica, el impacto que provocan los escapes de salmones a la fauna marina, la contaminación por vertidos tóxicos, entre otros.

Revisa el Informe completo aquí

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